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Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria
Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R.
Bo Coquí en Salinas y Bo Felicia en Santa Isabel.
Temprano en la mañana tuve la grata experiencia de conocer una persona muy especial. Doña Juanita, del barro Coquí del pueblo de SALINAS. Sierva fiel de CRISTO y de casi 80 años. Me contaba que había sido intervenida quirúrgicamente para removerle un tumor. Aunque el tumor era maligno, ya estaba en su casa recuperándose bastante bien. Cuando la llamé para mostrarle las tablitas, estaba en espera de ser llevada al hospital para la terapia de radiación. Sólo había tiempo para unas cortas palabras y una oración.
Temprano en la mañana tuve la grata experiencia de conocer una persona muy especial. Doña Juanita, del barro Coquí del pueblo de SALINAS. Sierva fiel de CRISTO y de casi 80 años. Me contaba que había sido intervenida quirúrgicamente para removerle un tumor. Aunque el tumor era maligno, ya estaba en su casa recuperándose bastante bien. Cuando la llamé para mostrarle las tablitas, estaba en espera de ser llevada al hospital para la terapia de radiación. Sólo había tiempo para unas cortas palabras y una oración.
Cuando salía de su hogar me detuvo y con una sonrisa en su rostro y brillo especial en sus ojos, me dijo: «No le estoy pidiendo a Dios que me sane, estoy lista para partir. Cuando llegue ese momento, no voy a morir, voy a vivir por siempre junto a él».
¡Que privilegio es conocer a JESUCRISTO!. Digo esto pues hasta en el umbral de la muerte podemos sentirnos en paz. Al enfrentarse a la muerte, esta ancianita tenía una respuesta. Ella creyó las palabras de Jesús cuando dijo en Juan 11:25-26: «Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?»
Para los cristianos la muerte no es el punto final de la vida, es solo una pausa en el camino hacia la eternidad.
¡Que privilegio es conocer a JESUCRISTO!. Digo esto pues hasta en el umbral de la muerte podemos sentirnos en paz. Al enfrentarse a la muerte, esta ancianita tenía una respuesta. Ella creyó las palabras de Jesús cuando dijo en Juan 11:25-26: «Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?»
Para los cristianos la muerte no es el punto final de la vida, es solo una pausa en el camino hacia la eternidad.
(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual.)
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