10 de abril de 2012 - El arzobispo metropolitano de San Juan, Roberto Octavio González Nieves, dió detalles sobre los actos fúnebres del cardenal Luis Aponte Martínez.
González Nieves mencionó que el cuerpo del cardenal será sepultado en la Catedral como es la tradición de la Iglesia Católica de que los obispos sean enterrados en sus iglesias.
Sus restos descansarán a mano izquierda a la entrada de la Catedral de San Juan, donde anteriormente se ubicaba la imagen del Divino Niño.
Hoy el cardenal cumplía 62 años de ordenamiento.
El pastor René Pereira, uno de los portavoces de la Iglesia Bautista en Puerto Rico, describió al fenecido Cardenal como una figura destacada por su servicio a Dios, a su pueblo y por su integridad.
La alcaldesa de Ponce Maria “Mayita” Meléndez, recordó al fenecido Cardenal como una persona humilde, sencilla, inteligente y con unos valores y principios.
De luto Puerto Rico por la muerte del Cardenal Luis Aponte Martinez
10 de abril de 2012 - Puerto Rico amanece hoy de luto y llora la perdida del cardenal Luis Aponte Martínez, el primer puertorriqueño en ostentar el titulo de cardenal, la posición mas alta en la jerarquía de la Iglesia Católica, solo superada por el papa de turno, Benedicto XVI. El deceso del líder religioso que tenia 89 años de edad, se da luego de enfrentar diversas complicaciones de salud. Precisamente hoy, cumpliría 62 años en el sacerdocio.
De inmediato el Gobernador Luis Fortuño decreto cinco días de duelo nacional.
Aponte Martínez estuvo casi un mes recluido en el hospital Auxilio Mutuo en Río Piedras, donde había sido diagnosticado por su médico de cabecera, Ricardo Martínez Durán, con infección de orina y retención de líquido en el cuerpo. Estuvo recluido en cuidado intensivo las primeras dos semanas, pero pasó a una habitación privada después de celebrar anticipadamente el domingo 4 de marzo, con una misa en el mismo hospital, sus 39 años de cardenalato.
En estos días el médico había expresado que ya la medicina había hecho su parte, pero que Aponte Martínez continuaba en pie de lucha. De hecho, retuvo mientras pudo su buen humor y, aunque había perdido el apetito y casi no ingería líquidos, mantuvo vivo su gusto por el café puertorriqueño.
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