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miércoles, 12 de octubre de 2011
EL MUNICIPIO DE PONCE ANULA EL PERMISO DE DESTRUCCIÓN DE ÁRBOLES DE WALGREENS
Por Lcdo. Rolando Emmanuelli Jiménez, J.D., LL.M.
rolando@bufete-emmanuelli.com
Frente a la Avenida La Ceiba, justo al bajar de la autopista #52, a mano derecha, y frente a la Urbanización los Caobos, se aprecia un pequeño bosque compuesto por grandes árboles y que se caracteriza por estar habitado por múltiples aves, particularmente por Cotorras Dominicanas.
El bosque ubica en una charca de retención en donde desembocan las aguas de escorrentías del barrio Sabanetas, particularmente del Parque Industrial. Esto ocasiona que el bosque sea un tributario del Acuífero del Sur y tiene las características de un Humedal, que amerita la protección tanto del gobierno federal como del estatal.
Este Bosque, además de ser un oasis en medio del cemento que acalora nuestra vida en Ponce, está protegido jurídicamente por la Constitución de Puerto Rico, la Ley de Bosques, por la Ley de Bosques Urbanos, la Ley de Humedales federal, entre otras disposiciones legales.
Desde hace más de 10 años, la Farmacia Walgreens ha pretendido destruir ese bosque y construir la octava farmacia de esa cadena en Ponce. La Farmacia Lorraine, que queda a unos 150 metros, ha combatido la apertura de esta octava farmacia en todos los foros pertinentes y ha retrasado su apertura con argumentos jurídicos válidos. Esto ha permitido la protección de más de 200 comerciantes circundantes que se varían amenazados en caso de que abriera ese establecimiento, que siempre tiene el efecto de arrasar económicamente con los pequeños y medianos negocios.
El estudio económico realizado por el Economista Luis Rey Quiñones Soto establece que los 40 empleos promedio que crea Walgreens por tienda, en su mayoría precarios, por ser de pocas horas y sin beneficios marginales, ponen en riesgo 360 que ahora ganan su sustento dentro de la milla radial del mercado tipificado por negocios familiares medianos y pequeños.
Todas las administraciones municipales desde la de Rafael Cordero Santiago, endosaron y defendieron vehementemente los permisos para la construcción de la farmacia Walgreens, sin tomar en cuenta los efectos devastadores en el ambiente y en la economía de los pequeños y medianos negocios circundantes.
Finalmente, para dar paso a la construcción, y como último requisito para la destrucción de los árboles, Walgreens sometió un plan para el corte de árboles y mitigación que estuvo plagado de incorrecciones, inexactitudes y de información que tendía a minimizar la importancia del bosque.
Además, el plan de mitigación o protección de los árboles era imposible de cumplir, porque era incompatible con el plano de construcción. Esto se hizo con el propósito de inducir a error a la Oficina de Permisos del Municipio Autónomo de Ponce. Bajo esas circunstancias, por razones burocráticas fuera del alcance de este artículo, se aprobó el permiso de destrucción de árboles que hacía falta para empezar la construcción.
La concesión de este permiso que conduciría a la destrucción del bosque activó al Comité de Amigos de los Árboles, cuyo portavoz y asesor legal es el Lcdo. Martín González Vázquez, quién al llegar al bosque me dijo "yo moriría por este Samán." El Samán es uno de los árboles majestuosos que adornan el bosque y prácticamente, desde ese momento, se comenzó a denominar el bosque como El Samán.
La dedicación del Comité de Amigos de los Árboles les hizo establecer el campamento de vigilancia ambiental El Samán, con el propósito de evitar lo que ha ocurrido en otros lugares de Ponce, que bajo las sombras de la noche, el proponente del corte de árboles los asesine y luego pague una insignificante multa.
El campamento ha resistido por más de seis meses los rigores del clima y varias tormentas y huracanes. La firmeza de sus componentes que vigilaron el Bosque 24 horas al día y siete días a la semana, protegió a los árboles en lo que la Oficina de Permisos del Municipio Autónomo de Ponce resolvía la impugnación del permiso por violar todas las políticas ambientales existentes.
Finalmente, luego de múltiples trámites legales, vicisitudes y sacrificios, como el tener que hacer desobediencia civil ante el intento violento de Walgreens de pretender comenzar la destrucción del bosque a la fuerza y sin contar los permisos, la Oficina de Permisos de Ponce decidió anular los permisos que había otorgado a Ponce.
El significado de la anulación por la Oficina de Permisos de Ponce de los permisos de destrucción de los árboles, es una victoria de gran envergadura, porque se hizo en defensa del ambiente y la necesidad de la existencia del bosque, y porque ratificó que Walgreens les indujo a error. Además, esta decisión representa una nueva y encomiable visión en la concesión de permisos donde se privilegia el ambiente sobre las construcciones indiscriminadas e innecesarias.
Por otro lado, la anulación de estos permisos dará base a la identificación de todos los Bosques Urbanos con los que cuenta Ponce, para ofrecerles protección legal mediante ordenanzas municipales y mejorar entonces la calidad de vida de todos los Ponceños y visitantes.
Por último, la reglamentación del siglo 20 con que cuenta la Oficina de Permisos para evaluar este tipo de situación, debe revaluarse a la luz de las tendencias más avanzadas de protección del ambiente para institucionalizar la protección ecológica en el Municipio Autónomo de Ponce.
Con la identificación y protección de los Bosques Urbanos y el cambio de la reglamentación de permisos para privilegiar el ambiente sobre el cemento, se permitirá que la Visión Verde de esta administración municipal, no sea una mera golondrina que no hace verano, y se institucionalice permanentemente para beneficio de las próximas generaciones.
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