Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria
Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R
Fil 4:5-7 - Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Un día lluvioso entre montañas en el hermoso pueblo de Cayey. Usualmente la temperatura es agradable en esta parte de la isla. Lo único malo es que en ocasiones llueve demasiado y esto me impide alcanzar más hogares. Pero bueno, de algo me sirvió la lluvia pues me brindó la oportunidad de hablar por largo rato con una persona muy especial. Manuela, me contaba que después que nació su segundo hijo, se sentía abrumada por un sinfín de emociones. Me decía que era la mujer mas bendecida pues tenia dos niños saludables y un esposo bueno y fiel. Sin embargo, había en su corazón algo que no le permitía disfrutar de sus bendiciones libremente. Era un sentimiento de tristeza, una incertidumbre casi fisiológica, si es que puedo usar el termino. ¿Podría ser depresión después del parto?, ¿Falta de descanso? - pensé. Manuela me confió que al no poder enfrentar aquella situación fue ingresada en un hospital para tratar su condición emocional.
- “Mire hermano, estaba tan frustrada y enojada con el mundo que lo único que hacia era aferrarme en mi llanto y desesperación. Fue entonces cuando por vez primera empecé a leer la Biblia. Me aferré a ella, aún cuando no tenia deseos de leerla“. - Me decía con lagrimas.
La lluvia caía aún mas fuerte mientras esta joven mujer me confiaba su experiencia. Al mismo tiempo, yo también recortaba como igualmente CRISTO había hecho con mi vida. Como su palabra me rescató de las fauces del infierno. Amados lectores, amado pueblo que junto a mi repasas esas horas que vivo en la calle, a ti te digo: En CRISTO hay esperanza. Solo él tiene el poder para romper todas las cadenas autoimpuestas. ¿Me entiendes?. No, no te aflijas por nada hermano, hermana mía… No es tiempo para la autocompasión. Es hora de levantarte y con la guía del Espíritu de Dios vencer toda depresión o condición que tengamos que enfrentar. No estamos solos.
(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual).
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