sábado, 9 de enero de 2021

"Tres dedos que apuntan hacia nosotros"


Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria 

Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R.   Foto por Sokhrates
Lucas 6:41 ¿Por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? 

Una de las experiencias más desagradables que he vivido en mi trabajo sin duda es cuando me topo con un murmurador empedernido. Esos borrachos de rencor, envidia y malas yerbas. Yo sé que me entiendes... 

Y es que, antes de que critiquemos a alguien, debemos hacer una sensata pausa y examinar rigurosamente nuestras motivaciones. No considerar esto sin duda podría guiarnos a parajes desolados, llenos de dolor y confusión. Eso que muchas veces llamamos"críticas constructivas" podrían realmente ser el fruto amargo de unos celos demasiado fuera de control. 

A veces pienso que hay gente que goza el ejercicio de la crítica porque se han habituado a ver los errores en los otros y no en los de ellos mismos. 

¿Estás dispuesto a examinarte y cuestionar tus motivaciones antes de abrir la boca y proferir amargura sobre otros? 

Admito que la pregunta es dura si Jesús no entra en escena. Recordemos que cuándo señalamos a otros con un dedo, hay tres que apuntan a nosotros... 

(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual). 

Hoy me voy a esforzar por glorificar al Señor con mis manos...

Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria 

Por Serafín Alarcón Carrasquillo/Noticias Sur P.R.   Foto por 123RF

Salmos 96:1-3 Cantad al Señor cántico nuevo; Cantad al Señor, toda la tierra. Cantad a Dios, bendecid su nombre; Anunciad de día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su gloria y en todos los pueblos sus maravillas.

Antes de todo debo enfrentar este día con aire renovado. Esa respiración pausada, esa alegría que no muchos entienden y que supera los nubarrones. 

Sí, admito que desde aquí las cosas se ven distintas. Cada gesto y cada suspiro secando lágrimas y sanando heridas. 

Seamos honestos, las cosas están cada día peor... Y, a pesar de esto no me canso de decir que mi vida es un regalo hermoso. Que sin tener mucho oro y plata, encuentro esa sublime razón para exsistir. 

Aquí, desde este asiento donde escribo, rodeado de mucha gente, logro sumergirme en el propósito fundamental para vivir. Glorificar a Dios; para eso he sido creado y para eso pretendo vivir aunque la tierra tiemble y los hombres se empeñen en hacer guerra, matanza y destrucción. 

Hoy me voy a esforzar por glorificar al Señor con mis manos, hoy voy a decirle a alguien que en Jesús hay esperanza y que Él tiene el remedio. 

Con una Palabra se puede hacer la diferencia: ¡Ánimó!

(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual). 
  

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