Sección: Pensamientos Fundamentales en Nuestra Vida Diaria
Por Serafïn Alarcón Carrasqullo/Noticias Sur P.R.
Filipenses 4:19
Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Mateo 6.26
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Por la naturaleza de mi trabajo muchas veces me encuentro con personas que en verdad están pasando por momentos duros y de casi total desesperanza. En nuestro programa radial los domingos, anunciamos siempre que tenemos una comprita de alimentos para donarla a alguna familia que esté en necesidad. En este día la afortunada fue una viejita llamada Clara. Cuando llegué a su casa de inmediato me dí cuenta de la pobreza y abandono en la que vivía. Ella, una y otra vez me preguntaba si era verdad que le entregábamos aquellos artículos. Amados, el techo de la vieja casita se filtraba, la estufa de gas se le había dañado y no tenia servicio de agua potable. Sin embargo, y a pesar de su pobreza extrema aún podía sonreir y dar gracias a Dios como quien estuviera experimentando un milagro.
En verdad los tiempos que vivimos se distinguen por tanta desesperanza e injusticia social. El afán, el estrés y el desasosiego y tantos otros males minan la estabilidad de tantas vidas. Que ironía que lo que les sobra a algunos, a otros les falta en demasía. Unos viven guardando provisiones para el futuro, mientras otros, como doña Clara, no tienen ni siquiera agua para bañarse. Compramos en los centros comerciales cosas que a veces ni necesitamos. Trabajamos horarios extendidos para darnos lujos que no aprovechan, olvidándonos de la necesitad de otros y de la verdadera bendición que es servirle a CRISTO. "Lucas 12:3 dice: "Mas buscad el reino de Dios, y todas estas cosas os serán añadidas". Como creyentes esa debería ser nuestra regla de oro.
Las aves, los peces y todos los seres vivientes que habitan sobre la tierra tienen una provisión para sobrevivir y alimentarse. No son esclavos de tarjetas de crédito, ni de hacer mil trucos para subsistir. Ellos instintivamente saben que Dios proveerá, y esa es su mayor seguridad. Una vida dedicada a Dios y a nuestro prójimo se hace imprescindible si en verdad vamos a decirle al mundo que somos discípulos de CRISTO. Una y otra vez ir por todos los caminos proclamando la fidelidad de Dios a pesar de nuestras rebeliones.
De algo estoy seguro, Dios no nos dejará en ningún momento, ni se olvidará de nosotros. Como hizo esta mañana en la vida de Clara puede hoy hacer también contigo. Dios suplirá.
(El Autor es Misionero y Director de los Ministerios Tablitas del Señor y la Primera Iglesia Virtual).
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